Mis queridos padawans hoy les vengo a contar que la empresa mexicana, OLINIA, ya aterrizó en el estado de Puebla, específicamente en Cholula, para dar vida a una revolución en la movilidad urbana mexicana, y lo hace con todo el poder del talento local. Este proyecto va de la mano con apoyo decidido del Gobierno del Estado y una infraestructura académica consolidada, pues la cercanía con la BUAP refuerza la misión de nutrir este esfuerzo con capital humano altamente calificado, fusionando tradición, cultura e innovación.
Les cuento que OLINIA no fabrica cualquier auto eléctrico: su enfoque va directamente a esos trayectos cortos que se conocen como la primera y última milla, es decir, los que hacemos para llegar a la escuela, el trabajo o la parada del transporte principal. Y lo hace con un diseño empático, pues su equipo de ingenieros viajó por varias ciudades, escuchando las necesidades de usuarios, mototaxistas y comerciantes, para que cada línea y componente del vehículo sitúe a las personas en el centro del camino.
Así que imaginen una plataforma modular que permite fabricar distintos tipos de vehículo desde una sola base: desde un transporte más seguro y cómodo que el mototaxi, hasta carritos eléctricos ideales para repartos urbanos. Esta versatilidad no solo trae innovación tecnológica, sino soluciones reales para la economía local y la vida diaria conectando personas, oportunidades y ciudades.