Mis padawans, el día de ayer el Congreso de Puebla se convirtió en uno de los primeros en aprobar la reforma de la Guardia Nacional, enviada directamente desde Cámara de Senadores. En este sentido, es importante recordar que al requerir de cambios constitucionales, la iniciativa no sólo se vota en el Congreso de la Unión, sino que también debe ser aprobada por más de la mitad de los legislativos locales (es decir, 17 congresos más).
Con 33 votos a favor y siete en contra, la discusión que abordó el paso de la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) representó el primer gran choque entre diputados locales de la nueva legislatura. Por un lado, los pertenecientes a la coalición de Morena y aliados, defendieron que este cambio en el mando de seguridad permitirá tener una mejor coordinación multinivel en el tema de seguridad, al igual que fortalecer la capacitación para problemas de la seguridad pública.
En contraste, los siete diputados de oposición mostraron en tribuna una lona a manera de protesta, en la cual se podía leer “México requiere seguridad, no militarización”. Por su parte, la legisladora Delfina Pozos (PRI) compartió una anécdota personal de secuestro en la que señaló que continuar con este tipo de estrategias en las que lo militar representa la única opción para “pacificar el país”, abonan a la misma narrativa de estrategia fallida que se ha manejado en los últimos gobiernos:
“Tal vez muchos no han vivido situaciones de violencia, por eso puedan decir que todo está bien en el país y que no pasa nada, pero yo en lo personal lo he vivido: el año pasado mi hijo y su servidora fuimos secuestrados y cuando hablamos de temas de violencia no son discursos políticos, es algo que está pasando y que es una realidad”, expuso.