Buenas, mis queridos padawans. Hoy les cuento que el pasado 14 de junio, mientras Donald Trump celebraba su cumpleaños y el Ejército de Estados Unidos conmemoraba su 250 aniversario con un macro desfile militar en las calles de Washington D. C., más de 2000 ciudades estadounidenses fueron escenario de protestas bajo el lema “No Kings” o “Sin Reyes”, organizadas por el movimiento 50501.
En estas manifestaciones, decenas de miles de personas —y según algunos recuentos, hasta cinco millones en total— salieron a las calles para denunciar lo que consideran acciones autoritarias por parte del gobierno de Trump. Entre las principales preocupaciones están las redadas migratorias, el uso de la Guardia Nacional y la militarización de actos oficiales. El movimiento buscó contrarrestar simbólicamente el desfile militar, visibilizando un profundo descontento con políticas percibidas como antidemocráticas.
Bajo este contexto y a pesar de la faramalla del evento militar, el cual incluyó tanques, vehículos blindados, unidades conmemorativas y un espectáculo aéreo —y cuyo costo se estimó entre 25 y 45 millones de dólares— la asistencia del público fue baja. Por último, les cuento que si bien la mayoría de las protestas se desarrollaron de forma pacífica en ciudades como Filadelfia, Nueva York, Miami y Chicago, en Los Ángeles la policía respondió con gases lacrimógenos y balas de goma tras declarar ilegal la concentración.