En 1991, Mike Tyson les dio a dos ladrones una lección que jamás olvidarán:
En 1991, Mike Tyson caminaba por una calle de Nueva York cuando vio a un anciano sin hogar sentado en la acera, temblando de frío. Sin dudarlo, metió la mano en el bolsillo y le dio dinero. Los ojos del anciano se llenaron de lágrimas de gratitud.
Pero justo cuando Tyson se daba la vuelta para irse, dos hombres que acechaban cerca se acercaron corriendo e intentaron arrebatarle el dinero de las manos.
Tyson se giró y, en un abrir y cerrar de ojos, ¡BOOM! ¡BOOM! Dos de sus característicos puñetazos hicieron que los aspirantes a ladrones se pusieran a correr por sus vidas. No se quedaron a ver si había un tercero.
Tyson se agachó, recogió el dinero y se lo devolvió al anciano. Con voz firme pero amable, dijo: «Hoy nadie te quita lo que es tuyo».