El gobierno de Estados Unidos anunció que ahora los migrantes mexicanos deportados no serán enviados de vuelta a la frontera norte, sino hasta el límite entre México y Guatemala. ¿La razón? Disuadir nuevos intentos de cruce ilegal y reducir la actividad ilícita en la frontera. A través de su Embajada en México, el mensaje fue claro: “Toda persona que cruce ilegalmente será deportada”. Esto significa que ya no habrá margen para intentarlo de nuevo en cuestión de horas o días mis padawans.
Por su parte, Estados Unidos sostiene que esta estrategia aliviará la carga de los agentes fronterizos y permitirá un mejor control de la zona. Además, argumenta que alejar a los migrantes deportados de la frontera norte reducirá el tráfico de personas y la entrada de contrabando: “Estamos utilizando todos los recursos para garantizar que los migrantes ilegales sean arrestados, procesados cuando sea necesario y expulsados lejos de la frontera”.
De esta manera, la administración Trump ha reforzado su discurso y acciones contra la migración irregular. Aunque en un principio el enfoque estaba en personas con antecedentes penales, ahora cualquier persona que cruce sin autorización enfrentará la deportación inmediata. Este cambio de estrategia representa un desafío tanto para los migrantes como para el gobierno mexicano, que ahora deberá gestionar el regreso de personas en una zona donde las condiciones son aún más complicadas.